PERSPECTIVAS - PROGRAM SAMPLER
LITERATURA showcases authentic literary texts by notable writers from across the Spanish-speaking world. LITERATURA Comprehensible and compelling, these readings present new avenues for using the lesson’s grammar and vocabulary for intercultural reflection. DESIGN Each reading is presented in the attention-grabbing visual style you would expect from a magazine, along with line numbers, marginal glosses, and pull-quotes. • Audio-sync technology for the literary reading that highlights text as it is being read Lourdes Márquez Barrios Anacrusa A partir de quién sabe qué momento, dejé de correr al escuchar el silbido tras las llaves en la puerta. 5 10 15 20 25 30 35 A lgunas veces no escuchaba la puerta al abrirse, pero siempre estaba el silbido anunciando su llegada. Era una melodía sencilla y única. Daba igual si estaba jugando, estudiando o en el baño. Era escuchar el silbido y salir corriendo a abrazar a mi padre. Los primeros años era solo yo, luego se unieron los trotes de mi hermano. Los brazos de mi padre tenían sitio° de sobra para ambos. No le importaba tirar al suelo° su maletín o las bolsas de la compra. Los abrazos al llegar a casa eran sagrados°. Nos colgábamos° de su cuello y él se reía a carcajada limpia, como si le hiciéramos cosquillas° en la barriga. Mi padre silbaba° todo el tiempo. De sus labios en forma de beso salían canciones conocidas o improvisadas en el momento. Si le gustaba mucho lo que estaba creando, me pedía que le trajera su grabadora para que no se le olvidara. La solía poner en su mesita de noche, por si tenía que grabar música que salía de su cabeza por arte de magia°, incluso durmiendo. Si me iba a buscar al colegio y no me divisaba° entre el grupo de gente, entonaba su silbido y yo reaccionaba. Lo escuchaba por encima de cualquier griterío°. Creo que vibraba en ondas° especiales. Las monjas me sorprendieron un día silbando y me dijeron que eso no era de señoritas. Cuando se lo conté a mi padre, me dijo que tenían razón, silbar no era de señoritas, era de niñas felices a las que les importaba un pepino ser señoritas. Yo escupí° una carcajada y nos pusimos a silbar juntos, mientras la risa nos ahogaba° por momentos. “Pero mejor no silbes en el colegio —me dijo, picándome un ojo°— dejemos que sigan pensando que quieres ser una señorita”. Mi padre tocaba el cuatro y cantaba a ritmo de valses, bambucos°, gaitas° o merengues. Mi madre lo acompañaba con la percusión de sus manos amasando° o aplaudiendo. Mi hermano aprendió pronto a tocar la guitarra. Yo bailaba por los pasillos con mis propias coreografías. Cuando íbamos de viaje por carretera, ponía algún casete de un artista o grupo criollo y nos desgañitábamos° todos cantando por el camino. Él siempre ha dicho que todo el mundo debería cantar, que todos tenemos derecho porque “Dios nunca hizo un casting a los pájaros”. room ground sacred / hung tickled whistled as if by magic didn’t spot me shouting / waves spat suffocated winking traditional Colombian music Venezuelan music genre patting screamed our heads off 162 LITERATURA Audio: Dramatic Reading 40 45 50 55 60 Un buen día, mi hermano decidió irse a la capital a estudiar música en la universidad y algunas de sus notas fueron sustituidas por el tímido llanto° de nostalgia de mi madre. Papá seguía silbando y rasgueando° el cuatro. Sin embargo, el manantial° de sus melodías comenzó a dejar escapar un casi imperceptible chorrito° de tristeza. La grabadora era menos requerida. El silencio se convirtió en una mascota, rondaba° entre los pies de mi familia y se iba instalando poco a poco entre nosotros. A partir° de quién sabe qué momento, dejé de correr al escuchar el silbido tras las llaves en la puerta. Saludaba a mi padre a lo lejos y él se acercaba a darme un beso en la cabeza. El cuatro solo sonaba en los cumpleaños y en las visitas de mi hermano. Un ligero temblor° se asomaba° a la voz de mi padre cuando cantaba. Yo comencé a pasar más tiempo en mis cosas fuera de casa. La universidad, los chicos y las fiestas. Prefería escuchar la música de moda, con letras en inglés, guitarra eléctrica y batería°. Dejé de inventarme mis propios bailes, me daba vergüenza. El bullicio° de la ciudad me rodeaba°, pero a veces me sorprendía a mí misma silbando sola en la calle. La lavadora, el ventilador o los tonos de los teléfonos celulares se convirtieron en la nueva banda sonora° de casa. Los cantos se hicieron muy esporádicos y dejamos de viajar juntos por carretera. Me parecía mejor plan ir a la playa con mis amigos. Para la época en la que mi casa era un remanso° de paz, yo también decidí partir. Papá me regaló un cuatro para que tocara las pocas canciones que me sabía cuando me sintiera sola. Mi madre me dio un casete con canciones “para viajes en carretera”. Ese día me subí a un avión y las turbinas al despegar° me aturdieron°. Mis oídos se bloquearon y el ruido a mi alrededor se hizo tenue°. Mientras me alejaba a otro continente solo podía escuchar el silbido de mi padre al llegar a casa. crying strumming spring stream circled As of trembling / appeared drums noise / surrounded soundtrack haven take off / bothered weak 163 Los seres queridos LECCIÓN 4 IAE-26 PERSPECTIVAS at a glance 8
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